lunes, 14 de noviembre de 2016

Critica: Lluvia y Arco Iris (Un amor de película) por Sandra Paul


En el Bar "El Paris" transcurren los días entre plumas y lentejuelas de Margo, un actor transformista, que con su asistente y confidente Norman hablan del amor y sus expectativas sobre el futuro desde dos posiciones diametralmente opuestas. Margo, ya cercano a los cincuenta años, y amparándose en frases de clásicos del cine, como una barrera para no ceder ante la posibilidad del amor, relata sus experiencias con tintes melodramáticos, y Norman, un joven ilusionado, sueña con casarse y tener hijos.
El humor ácido, chispeante, enriquece los diálogos entre estos dos personajes que arrancan carcajadas y se complementan a la perfección.
Hasta que un día aparece Tim y el melodrama toma verdadera dimensión. 
Esta es una historia que podría encasillarse para un grupo o problemática determinada, sin embargo, es perfectamente aplicable a la vida de cualquier artista que, después de conocer la gloria y el glamour, después de haberse protegido del mundo y sus prejuicios tras sus innumerables máscaras, termina sus días con un sabor agridulce.
Excelentes actuaciones de Luis Podestá, Federico Prado y Diego Crevacuore, un texto sin fisuras de Gabriel Patolsky, y una puesta en escena correcta que ha generado el clima intimista que requería la obra bajo la dirección de Marcelo Roitman.

SANDRA PAUL

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